Hot watermelons

Según ha salido publicado hoy, a la Viagra le ha salido una competidora de peso: la sandía. Cuando lo he leído, he pensado, jo, si ya es difícil tragarse una pildorita, no te digo nada lo que debe ser tragarse una bola de 4 kilos de peso. Pero no, por lo que parece, esta fruta contiene unas sustancias comunes a las de la famosa pastillita y que incrementan la líbido de quien la consume.

Yo estoy que no quepo en mí de la alegría. ¡Por fin alguien ha conseguido explicar mi legendaria fogosidad estival! Ya era hora, porque uno ya estaba desesperado. Si hasta he llegado a pensar que estaba enfermo y resulta que todo se trataba de una simple sandiadicción.
Tú te reirás, pero es que era horroroso ir a la playa y permanecer tumbado boca abajo en la toalla, por miedo al qué dirán. Así estaba yo, que más que tener una espalda, parecía que tenía un Frigo Pie. Y qué me dices del íntimo momento de la micción. Espantoso también. Si a los hombres ya nos cuesta no mojar el váter, imagínate las posturas acrobáticas que tiene que adoptar uno cuando se le alegra el asunto. ¿Has visto a alguien hacer el pino para hacer pipí? Pues yo sí.
Pero bueno, finalmente he conseguido identificar la causa de este desajuste hormonal tan intenso y podré lucir los bonitos pantalones holgados que me comprado de rebajas, entre los cuchicheos y las risitas de las dependientas mientras me los probaba.
Esta noche, de postre... ¡melón!

Imagen de Paul Biddle