Trapitos

El presidente del Congreso de los diputados, José Bono, reprende a un represaliado del franquismo por exhibir una bandera republicana en el Congreso.

Señor Bono, me ha pasado una cosa más grave... Todavía me tiemblan las piernas al recordarlo, fíjese usted. Uf, pero es que me da cosilla contársela porque lo mismo se me enfada y me mete un puro o me manda a apaciguar a los camioneros en huelga, porque con lo mirado que es usted para estos asuntos.
Mire, ¿sabe qué? me voy a lanzar y como dicen en Sajonia, from lost to the river.

Verá su señoría, esta tarde, mis hijas estaban jugando a hacer flores con papelitos de colores (no vea cómo me ponen el suelo después). Todo era armonía y paz cuando, de repente, ante el estupor de mis pestañas, he visto esto:


¡Arggg! No daba crédito a lo que veían mis gafas. ¿Usted se cree? Si es que no respetan nada estas criaturas, jolines ya. Lo mismo se manchan la camisa con Colacao, que me ganan a Mario Kart o me montan una bandera republicana con papel crespón. Desesperadito me tienen, oiga.

Como que uno es un padre profesional y muy tolerante, les he dicho pacientemente ¡¡¡Niñaaaaa, quita de ahí esooo, cohone, que te van a ver lo vecino!!! No se preocupe, cuatro grititos de nada.
Lo que pasa es que esta pareja de niñas que me ha tocado por camada, son de un transgresor que no vea (no sé a quién habrán salido), porque al rato, van las muy joías y me montan esto con mis Playmobil.


La verdad, yo ya no sabía dónde meterme. ¿Pero de dónde sacarán estas ideas? ¿Para eso las llevo a un colegio público de postín?
Total, que estaba a punto de armar la de San Quintín cuando me han lanzado la temible e infalible sonrisita dulce, acompañada de la irresistible caída de párpados. Yo, señoría, ante eso, me hago pis encima de la emoción, qué le voy a hacer, soy un blando. Así que me he dicho a mí mismo (¿ha visto cuánto me escucho?), mucho mejor que honren a aquellos que defendieron lo digno que hay en nosotros que no a esos que ostentan desvergonzadamente la bandera del aguilucho. Ya sabe, ésa ante la cual, don Zapli no tiene ningún reparo en retratarse.


Y como que la cosa iba de trapitos y de manualidades, nos hemos puesto a pensar una alternativa más chula para que los fachillas se manifiesten por la Castellana luciendo una bandera más modennna. Dado que a esos personajillos tan singulares les gusta adornar con pájaros a nuestra temida y eterna rojigualda enseña, hemos ideado un diseño espectacular

¿Qué le parece don Bono? ¿A que tampoco hay para tanto? Pues no se enfade tanto, hombre, y deje que esos mártires de la dignidad ostenten aquello que un día significó la libertad de todos. Bien mirado, gracias a ellos puedo escribir, hoy, este post y, bien mirado también, gracias a ellos es usted, hoy, el presidente del Congreso de los Diputados.