Nene pupa

Me duele mucho una muela. De hecho, me duele desde el año pasado pero entre nochesviejas, añosnuevos, puentes y acueductos lo he ido posponiendo hasta que no he podido más. Habitualmente voy a una clínica dental situada en el lugar donde trabajo. Tiene la ventaja que la tengo a mano y así el pánico no tiene tiempo de llegar a las piernas y puedo ir andando yo solito, sin bastón ni nada. Bien, supongo que el hecho que la enfermera que me atiende es un clon, con ojos verdes, de Charlize Theron también influye algo en mi elección, pero no te creas que mucho. Que por cierto, no sé qué nos ha dado a los hombres con la Charlize ésta. Tampoco hay para tanto. De perfecta nada de nada. Si te fijas bien, la octava pestaña del ojo izquierdo la tiene más curvada que el resto y la verdad, eso desentona un montón con sus largas piernas o ese rostro divinamente angelical que dicen que tiene.

Bueno, pues resulta que hasta el día 8 no la abren de nuevo, así que, snif, snif, he tenido que ir a otro centro. Y hombre, qué quieres que te diga, la clínica nueva está bien. Limpita y todo eso, pero no es lo mismo. En lugar de mi Charlize Theron, me recibió una mezcla entre Michelle Bachelet y Esperanza Aguirre que me provocó una nostalgia enorme y me hizo sospechar que la cosa no iba a ser tan agradable.
Para empezar, la sala de espera. Muy mona, muy bien puesta, pero la literatura poco estándar. Uno, cuando va al dentista, espera encontrar revistas del corazón, catálogos de dentaduras postizas último modelo o a lo sumo, las aventuras del Ratoncito Pérez, pero allí había revistas de... ¡Parapsicología! ¡Toma ya! Qué habrá estudiado ese dentista y ¿dónde? Porque digo yo que no debe ser lo mismo hacerme un empaste a mí, con el regio porte que gasto, que a un pedazo de ectoplasma así todo gelatinoso (ecs, qué asco). Empecé a pensar si me echaría las cartas para adivinar la causa de mi dolencia o si usaría una bola de cristal. Que por cierto, ¿cómo deben ser las cartas del Tarot de la Odontomancia? ¿En lugar del ahorcado te muestran a un mellado? o en lugar de la torre ¿a un premolar cariado? (¡anda! ¡qué pintoresco pareado!)

Tras unos angustiosos treinta minutos, la enfermera me invitó a rellenar un formulario con mis datos y mis antecedentes sanitarios. Qué chulo es ir contestando no, no, no, no, a todas las preguntas del tipo ¿Padece alguna cardiopatía? ¿Es alérgico a algún medicamento? ¿Padece asma?... ¡Te sientes de un sano! Lo cierto es que cuando le di la vuelta al papel noté, intrigado, la mirada inquisidora de doña Esperanza Bachelet (o doña Michelle Aguirre, como prefieras). La razón: me preguntaban cosas sobre mis posibles enfermedades venéreas. Qué cosas, pensé, para qué querrá saber un dentista si un paciente ha padecido sífilis, gonorrea,... ¿pero qué se mete la gente en la boc...? Uff calla, calla, que este es un blog serio y decente y como se entere el obispo de Tenerife se me va a caer el pelo.
Total que al final un señor joven, bajito, con cara de teleñeco y aire de Rompetechos que resultó que era el odontólogo, me examinó brevemente y me dijo que tenía una caries en una muela. Menudo hacha. Para llegar a tan sorprendente conclusión, ¿habrá tenido que consultar a las fuerzas ocultas? y si es así, ¿me empastará la muela por el rito habitual o le pedirá ayuda a Lord Voldemort? Ojalá sea éste el caso porque aprovecharé para pedirle un autógrafo y que me deje dar una vuelta con la Nimbus 2000, que me hace una ilu...

En definitiva, que hoy a las 10:30, tengo cita de nuevo con el más allá a ver si me arreglan la boca de una vez. Si queréis que le dé algún mensajito a Cleopatra o algo, por favor, decídmelo y lo haré encantado, aunque aviso que mi egipcio antiguo lo tengo un poco oxidado y que no conjugo bien los verbos jeroglificados.

Imagen extraída de la web de Charlize Theron. (Jope, cómo se está poniendo de babas esto)