Cuando recibí el testigo del meme del artículo anterior me pregunté qué es lo que le mueve a uno a seguir la cadena que le han propuesto. Supongo que debe haber varias razones y que dependen de cada caso. No sé, por educación, por deferencia, porque agradan las preguntas que se hacen, por cierto afán exhibicionista, porque uno no tiene ni idea de qué escribir en el próximo post y así ya te solucionan la papeleta, etc.El caso es que visitando a mi amigo El Churruán aprendí que si no sigues la cadena (cito textualmente) “...te caerán 10 años de fealdad, te robarán un riñón en un motel de mala muerte...” y cosas similares. Seguro que a todos nos ha llegado alguna vez una misiva de esas en las que “amablemente” te informan que por romper una cadena a fulanito le saltó el esmalte de una uña, a menganito le llegó con recargo la factura de la luz y a la abuela de zutanito se le quemaron las croquetas.
Cuando leía a mi amigo, además de reírme un rato, empecé a pensar en desgracias que le pueden ocurrir a aquel que ose romper un meme. Me vino a la mente como uno de los peores males que te pueden sobrevenir, algo que leí una vez no sé dónde. Una enfermedad poco conocida pero con un nombre que, de entrada, acongoja: el síndrome de Koro. Sí, ya sé que suena a síndrome propio de un cómic manga, pero parece ser que es una enfermedad real.
No tengo en casa ningún libro de Medicina por lo que he recurrido a la red para asegurarme de que aquello que a mí me sonaba tenía algún fundamento científico. El caso es que he encontrado una página donde se dan todo tipo de detalles y aquí os la reproduzco. Aviso al personal masculino que esta noche ya no dormirá tranquilo. Bueno, ni ésta ni ninguna más.
“...Más conocido es el Koro, un síndrome en el que el paciente tiene la convicción de que su pene (elemento yin, vital) se va encogiendo hasta desaparecer dentro de su abdomen,...”
Acojona, ¿eh?.
Que digo yo, un korópata de estos ya no mojará la taza del váter pero pondrá las paredes como para apoyarse en ellas. Ahora entiendo por qué están así los lavabos públicos de las estaciones. Yo antes lo atribuía a la pésima puntería del miccionante pero resulta que todo es culpa del Koro éste.
“...lo que se acompaña de una enorme angustia...”
No, si te parece lo celebrará con cava e invitará al vecindario. Si es que estos médicos también... Tienen la gracia donde yo me sé.
“... y del temor a que el proceso de retracción culmine en la muerte...”
En la muerte no sé, pero seguro que no vuelves a jugar, en tu vida, un partido de fútbol con los amigos por miedo al qué dirán en la ducha. Que luego la gente es muy criticona.
“...Se considera que el koro es un trastorno psicógeno ligado a factores culturales,...”
Si en este país se leía poco, a partir de ahora va a leer su padre. Tanta cultura, tanta cultura, para qué, ¿para que te la confundas con un brote de acné?
“... puesto que es endémico en zonas del sudeste asiático...”
Uff, menos mal. Viva España.
“...en las que está firmemente arraigada la creencia taoísta en la actividad de los humores Yin y Yan en los seres humanos...”
El yin nos lo han definido antes, pero ¿qué debe ser el yan? No quiero ni pensarlo. Ya puestos a ponerle nombres raros a los atributos humanos, en lugar de yin y yan podrían ponerles nombres más graciosos o al menos más conocidos, no sé, Mortadelo y Filemón o Astérix y Obélix.
“...El fenómeno reviste el especial interés de su contagiosidad,...”
¡Aquí nos han matado! ¡Es contagioso! Ya veo a los pobres vietnamitas que quieran entrar en Europa con los pantalones por los suelos y un guardia civil apuntando en el pasaporte el calibre de cada uno. Cómo se va a poner
“...demostrada por las epidemias de Koro recogidas en la literatura...”
Lo dicho, en este país no van a leer ni los académicos. Que por cierto, es que hay gente para todo. Pero quién narices se dedica a recoger para la literatura epidemias de Koro, ¿pero no han dicho que es contagioso? También son ganas de arriesgarse.
Amigos, y me refiero a los hombres, ya lo sabéis. Si recibís un meme apresuraos en contestar. Quizá la vida no os vaya en ello, pero ya son ganas de tener que cambiar de marca de ropa interior.


