05 diciembre 2006

Justicia

Como cada mañana, Roberta se levantó temprano. Esa noche, los fantasmas del pasado, ya viejos como ella, habían vuelto a interrumpir su sueño.
Arrastrando más que de costumbre la cojera de su pierna derecha fue a la cocina a prepararse la taza de té que debía reconfortarla para afrontar ese nuevo día que amanecía soleado.
Encendió el televisor para ver el noticiero, como ella decía. Se sentó en su destartalado sillón orejero otrora de ante argentino, mientras acogía en su regazo al gato que mataba su insoportable soledad.
Desde hacía días las televisiones insistían en una sola noticia. La salud del general empeora. Miraba con ojos congelados las personas que se agolpaban ante la clínica con pancartas escritas de color rojo sangre profiriendo gritos de ánimo, reivindicando la figura del general y deseando con más rabia que deseo su pronta recuperación.
Una joven mostraba con orgullo una foto antigua del dictador, en la que aparecía con el semblante desafiante y altivo. Había algo en el rostro de ella que le era familiar, ¿alguna conocida, quizá? No, aquella chica era demasiado joven, guapa y rica como para que ella pudiera conocerla.
Se concentró en la foto de la joven, en la misma imagen que años atrás, suspendida en una pared, rompía el ambiente lúgubre de aquella sala oscura y fría donde la torturaron día tras día, donde fue violada, insultada, vejada. Aquel lugar donde maldijo al bebé que llevaba en sus entrañas, por robarle el pretexto para dejarse morir, por obligarla a seguir viviendo por él. Aquel lugar siniestro donde no podía dormir, donde el frío húmedo escudriñaba la médula de los huesos de su cuerpo sucio y desnudo hasta hacer que se asfixiara por el temblar de su pellejo. Recordaba aquel olor nauseabundo a tabaco, orín y moho y sobre todo, recordaba los gritos. Aquellos gritos horribles que salpicaban el aterrador silencio del edificio.
Se levantó y se dispuso a repetir la ceremonia durante tantos años repetida cada 5 de diciembre. Depositó cuidadosamente sobre el tocadiscos un vinilo del Réquiem de Mozart. Nunca había sido demasiado creyente, pero la solemnidad de aquellas primeras notas, le hacían notar la existencia de algo divino superior a nosotros. Desenvolvió la vela que el día anterior había ido a comprar, la encendió al lado del tocadiscos y cogió, intentando disimular el temblor de sus manos, el marco negruzco de la foto en blanco y negro del que fue su amor. Aquel hombre que arrancaron de su lado y del que nunca más supo nada.
Curiosa coincidencia, pensaba, la madrugada de un 5 de diciembre, murió el compositor de la obra que ahora escuchaba y muchos años más tarde, también en la madrugada de un cinco de diciembre unos golpes en la puerta, unos ladridos, un griterío ensordecedor y unas linternas inquietas irrumpieron en su lecho y les separaron para siempre.
Hacía tiempo que no sabía llorar. Durante muchos años albergó la esperanza de saber qué fue de él y qué pasó con el niño que le arrancaron nada más nacer, mientras ella suplicaba horrorizada bañada en su sangre y su sudor que se lo devolvieran, que era suyo, que era de él. Recordó de nuevo su odio y la desesperación de los días que vinieron. Recordó su sentimiento de culpabilidad, el miedo que sintió al pensar, qué le diré cuando salga de aquí, dónde buscaré, a quién preguntaré.
Sonaba el “Lacrimosa” cuando volvió a la realidad. Un nuevo boletín de noticias repetía otra vez las mismas imágenes, comentadas con las mismas palabras. Se sentó abrazando tiernamente la foto, la miró e intentó descubrir en ella algún rasgo nuevo, pero no encontró nada que no hubiese visto antes en los infinitos amaneceres que la habían sorprendido contemplándola. En la televisión los esbirros del dictador gritaban de nuevo, ignorando quizá las miles de vidas rotas por aquel maldito sádico asesino. No te mueras hoy, cabrón, pensó, no manches este día.
Apareció de nuevo en la pantalla la joven. ¿Qué era lo que le llamaba la atención de ella? La miró con curiosidad, de qué me suena, pensaba. Y fue entonces y sólo entonces cuando entendió. Fue entonces cuando sintió un dolor intenso en el estómago, cuando sus ojos se abrieron y su aliento se congeló durante una eternidad. Aquella mirada, aquel gesto, aquella boca. Lo supo todo en ese instante. Tienes el mismo genio que tu padre, murmuró.
Y entonces se levantó, se puso su rebeca, atusó su plateado cabello, empuñó su bastón y se dispuso a salir. Alzó su cabeza lo máximo que le permitieron sus maltrechas vértebras, adoptó la figura de alguien que iba a hacer justicia, de alguien que iba a explicar la verdad. Volvió a mirar la foto de su amado con una mezcla de rabia y ternura y le dijo, hoy te haré inmortal. Abrió la puerta y su gato, que perezosamente despertaba de su letargo, tan sólo pudo escuchar cómo susurraba, te pudrirás en el infierno, maldito hijo de puta.
Y fue entonces y sólo entonces cuando, al fin, recordó lo que era llorar.

32 amigos lo mejoraron:

Euphorbia dijo...

Yo no creo en gran cosa pero me alegraría saber que el infierno realmente existe y que es algo terrorífico para uso y disfrute de esto cabrones que mueren en la cama como si tal cosa.

Marlu dijo...

Muy buen escrito, demasiado dolor para poder llorar.
Saludos cordiales.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Me ha dejado mudo y absorto.
Fantástico la postal y muy bien escrita.
Felicidades.

Javier dijo...

Desgarrador relato. Tristeza, dolor, rencor, odio...

Sobre todo bien escrito.
Un abrazo

Anónimo dijo...

No sé que tienen estos malditos, que mueren tan tarde, con todo el mal que han hecho desde que nacieron.

Un relato muy bien escrito, una historia muy dura.

Gracias por tu visita.
Un abrazo

almena dijo...

Hay dolores que se niegan a desaparecer aunque se adormezcan...

saludos!

Anónimo dijo...

Precioso relato, me ha impresionado y me ha recordado que muchos dictadores mueren en la cama sin pagar los delitos que cometieron.
Un saludo

Pansy dijo...

He venido aqui a conocer tu blog ya que tuviste la gentileza de pasar por el mio y dejar tu huella...
Sera que todos los dictadores moriran de viejos y no pagaran sus culpas? o sera que esa es la manera??
Muy buen post, muy bien escrito, me voy con la conviccion de que regresare...
Un abrazo venezolano ...

J.L dijo...

Gracias por tus comentarios

Un abrazo

Pryncesazul dijo...

lograste mezclar todos los sentimientos en mi....
cuidate
saludos

Sacri dijo...

Muy buen relato, me ha emocionado.

Un saludo

Recursos para tu blog - Ferip - dijo...

uy...uy...uy....! Qué historia!!!y qué desahogo final!!!

Me maravilla la gente que puede escribir tan bien!!!
Hacemos puentes? :)
Ferip

º*ºDulceº*º dijo...

Aunque estoy "de puente" vine a desearte lo mejor para tu Blog.


Me encantó tu post, precioso relato aunque triste....

Admiro la gente que escribe como TU, que sabe transmitir con palabras un sinfín de sentimientos.

Un cariñoso saludo y seguimos leyendonos

Gloria dijo...

Hola, vine con la intencion de saludarte y devolverte la visita y me encuentro con este relato desgarrador, y excelentemente escrito. Es dificil escribir sobre algo tan doloroso e indignante y lo has hecho con el tono que se merece el tema. Me voy muy conmovida y te dejo un abrazo.

Anónimo dijo...

Qué bien relatas esa historia de dictaduras compartidas! Con qué acierto!
Hoy le llegó la hora a otro, en la UVI, por cierto...

Saludos,

Tanhäuser dijo...

Muchísimas gracias por vuestros comentarios. Confieso que no esperaba que nadie leyese esta historia.

Gemma. No sé si existeix l'infern, però si és així no estaria malament que don Augusto passés allà una temporadeta.

marylohaan. Gracias. Me encanta tu blog. Espero que vuelvas.

Goathemala. Espero que en tu tierra de árboles, la gente sufra por otras cosas y no la barbarie de estos desalmados.

javier. Nos vemos en tu casa virtual. Tu historia del pijama es desternillante. Una abrazo.

trini. Muchas gracias por tu comentario. Tus escritos me encantan. Lo sabes, ¿verdad?

almena. Es cierto. Hay heridas que aunque queramos no cicatrizan. Curiosamente son las que más daño nos han hecho.

eddy. Muchas gracias por tu visita. Estoy de acuerdo contigo.

unjubilado. Lamentablemente tienes razón. Permitimos que esta gentuza no pase a la historia como lo que son: unos sádicos asesinos.

pansy. A ver si es verdad que regresas. Estaré encantado de que lo hagas.

madurez. Un abrazo para ti, amigo, y mucho ánimo.

pryncesazul. Me ha gustado mucho lo que me has dicho. Gracias.

sacri. Muchas gracias. Espero que vuelvas.

ferípula. ¡Sí!, hagamos puentes. Saludos.

dulce. Gracias por tu comentario. Me encantará seguirte leyendo.

azul caleidoscopio. Recojo tu abrazo con mucho cariño y recibe tú el mío también.

clarissa. Cuando me escribiste, acababa de morir el dictador. ¿Sería una premonición? Gracias por tu visita.

Veva dijo...

Conmovedor. precioso. Un placer, leerte.

Alicia R. dijo...

¡Qué buen relato! Llegué a tu blog por un comentario que dejaste en el mío. Te agradezco no sólo el comentario, sino la posibilidad de conocer tu blog que parece excelente.

Hay tantas historias con los hijos de desaparecidos...Van desde los padres adoptivos que sospechaban el origen de su hijo y lo ayudaron a buscar a su familia de origen hasta los "lavados de cerebro" por los cuales algunos de ellos huyeron con sus apropiadores para eludir a la justicia y les entregaron las indemnizaciones que dió el estado a los familiares de desaparecidos.

Un saludo desde la Argentina

AliciaR

Reverendo Pohr dijo...

Extraordinario relato. Aquel que ha sufrido el dolor e inevitablemente lo rememora día tras día vive no puede sentir una realidad que no sea la suya. Ningún defensor de ninguna causa le hará comprender nada, porque el dolor no entiende de razones, porque no es algo racional. Una persona que sufre debe sentirse sola, pero éste es uno de los casos en el que muchos sentimientos solitarios han salido a la luz y no se han callado ante la abobinación de alguien llamado "salvador del país". Pero a éste también le llamaron "asesino" y así pasará a la historia y así permanecerá en la memoria de muchos. Un recuerdo muy caro. Demasiado.

Patricio Schmidt dijo...

Gran relato...
lleno de verdad, de altura, de silencios...
un gran relato de verdad de una época que se vá, asi como Franco y tantos otros que pasaron con su estela negra...
la vida es siempre mas grande y bella.

El año del Perro de Fuego, Bing Xu, este que estamos recorriendo, es conocido como el año de la justicia.
Que así sea.
Abrazos americanos

Tanhäuser dijo...

veva.
Un placer para mí que me hayas leído. Te agradezco mucho tu visita.

alicia r.
Lamentablemente tienes razón. Me aterra pensar los miles de hijos que han sido separados de sus padres y entregados a las familias "afines" al régimen.

reverendo pohr.
De nosotros depende que no se olviden sus víctimas y que pase a la historia como lo que fue: un traidor y un asesino.

patricio schmidt.
Tienes razón, amigo mío. Al menos hoy en el mundo se respira mejor. Esperemos que nadie recoja su testigo y que la libertad, la justicia y la concordia reinen en Chile por los siglos de los siglos.

bajamar dijo...

Bueno, yo creo que a todo mundo le gusta imaginar esa historia de la anciana mal trecha, y el gato...pero eso no es así...La búsqueda y ansiedad de justicia que en muchos grupos no ha cesado...es de todos, y es de personas que cargan gran dolor, sin duda, pero que aún aman, procrean, cantan, sueñan y no pierden las esperanzas...

Por lo demás, la historia es verídica y está muy bien escrita...

saludos

BELMAR dijo...

pin-8

chao!

nos vemos en el infierno... (lleva bronceador!)

Tanhäuser dijo...

bajamar y belmar. Muchas gracias por vuestra visita y vuestros comentarios. Nos seguimos leyendo, OK?

Lis dijo...

es curioso, como se mezclan las sensaciones, la pena, la rabia, el dolor, el alivio y la esperanza..

las heridas siguen abiertas...las cicatrices no han cerrado, la impunidad camina por las calles y pese a todo cantamos...

un abrazo!

Tanhäuser dijo...

Hola lis
Es las heridas las tenía que haber cerrado un tribunal al que se le adelantó la muerte.
un saludo.

Le Mosquito dijo...

De nuevo por aquí, leyendo entradas "antiguas" cuyos contenidos perviven de forma admirable.
Mezclar el Réquiem de Mozart con éste individuo deplorable me da un poco de grima. Alguien así (y hay muchos "asíes") nunca han escuchado una obra tan bella, tan... "Uf". Hay emociones indescriptibles. Mi suegro, que era católico y melómano (más lo segundo, intuyo) fue despedido con "Lacrimosa". Mi mosquita lo pasó fatal, y hoy por hoy tengo que escuchar éste réquiem a escondidas (versión de karajan, carísima, literalmente, en italiano e anche a spagnolo).
Sigo leyendo tu carísimo blog.
Veo que estás hasta arriba de comentarios, así que, por el momento, espero no tener que hacer "nessuno piu" en entradas "antiguas", y que puedan molestar-te para escribir nuevas joyas.
Joer: lo haces divinamente, caro Tanhäuser.
Ya puse un enlace a tu blog en Le Mosquito; (sin compromisos, y antes de recibir tu visita). Lo puse como "Forsi altro...", tal cual. Si prefieres que lo haga de otra manera, me comentas. Pero, ya te digo, sin prisas y sin compromisos.
Abrazos y disculpa lo largo y desordenado de mi comentario.

Tanhäuser dijo...

Querido amigo.
Te contesto cuando ya somos viejos conocidos. Aun así, no quisiera dejar de agradecerte que hayas leído el primer relato que escribí al iniciar esta aventura. Aunque el estilo no sea el mejor del mundo, para mí tiene un valor especial. Supongo que a todos nos pasa lo mismo.
Es curioso pero lo escribí cuando Pinochet estaba agonizando. Fue como un preludio a lo que pasó después y a lo que sentimos al recordar a las pobres gentes que fueron torturadas y asesinadas por ese desgraciado.
Te agradezco muchísimo tus amables palabras y por supuesto, te agradezco el enlace. Podrás comprobar que es recíproco y que es un honor para mí aparecer en ese espacio tan bello que estás creando.
Muchísimas gracias, amigo mío.

Le Mosquito dijo...

Cuatro meses después, paso por aquí recordando que, en algún momento, me escribiste que contestarías a todos mis comentarios.
Soy muy puntual, por norma, aunque tratándose de blogs, a veces llego tarde; pero llego.
Un abrazo, viejo conocido; nuevo por conocer.

Tanhäuser dijo...

Pues aquí me tienes cumpliendo mi palabra pero fíjate que después de 4 meses sigo sitiendo el mismo orgullo al ver que el gran "Le Mosquito" sigue visitando este espacio.
Un abrazo enorme, mi "viejo" amigo.

MORGANA dijo...

A penas faltan dos meses para cumplir un año, en este mundo virtual, y me agrada comprobar que tu esencia permanece.
Sabes combinar como nadie la genialidad y la inteligencia siendo el resultado un humor muy personal,
preocupación por los menos favorecidos, post con cierto aroma poético.
Lo que puedo percibir es que: eres un ser extraordinario con una sensibilidad exquisita, una ternura que exteriorizas en muchos de tus escritos, provocándome momentos de ternura y alegrías infinitas, te estoy muy agradecida por haber llegado a lo más profundo de mi alma.
No he conocido nunca nadie con un espiritu tan noble como el tuyo,
te aprendo y con ello me haces mejorar como persona, nunca hubiera imaginado, que en un mundo virtual, se pudiera llegar a sentir tanta admiración, tanto respeto, y porque no, tanto cariño,
todo esto, te lo digo, mi querido amigo, con respeto.
Si continuo con el blog, es por tener esa conexión con una persona tan especial como tú.
No creo en el azar, pero si creo que hay conexiones entre almas, y este mundo del blog así me lo demuestra.
Siendo una persona como soy, amante de la naturaleza, adoro dar paseos por los parques, jardines y aún más por los bosques, entro casis en un extasis, dado que adoro la soledad, el silencio, y en igual medida es lo que me sucede cuando entro en tu blog, doy largos paseos y llego hasta abstraerme.
En definitiva, solo queria darte las gracias por SER.
Besos agradecidos.

Mae dijo...

Jo, éste post no lo había leido yo.
Tan duro como real.
Besos Tan..
Como ves, te repaso... jijiji.

 

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