
Por las noches, mientras ella dormía, él le tejía ilusionado un vestido estampado de sueños y botones de cristal.
Cuando casi estaba acabado, ella decidió descoser aquellas minuciosas puntadas y con los pocos retales que quedaron, optó por tapar la desnudez de aquella piel blanca, con una amarga realidad.
Cuando casi estaba acabado, ella decidió descoser aquellas minuciosas puntadas y con los pocos retales que quedaron, optó por tapar la desnudez de aquella piel blanca, con una amarga realidad.