28 noviembre 2008

Difamaciones


Las lectoras y los lectores de la revista People han elegido a Hugh Jackman como el hombre más sexy del mundo.
Según se rumorea, esta elección ha levantado ampollas entre otros candidatos, hasta el punto que los más guapos del planeta le han llamado para burlarse de él.
Desde este humilde espacio quiero señalar que esta noticia es rigurosamente falsa: yo no he llamado a nadie.

18 noviembre 2008

Feisbuc


He luchado con todas mis fuerzas, me he sometido a tratamientos de desintoxicación muy rigurosos, incluso un día me dio por volver a leer unas cosas hechas de papel que creo que se llaman libros, pero soy débil y he claudicado como un pardillete. Lo reconozco. Soy feisbucadicto.
En cuestión de horas me he apuntado a asistir al último día de Bush en la Casa Blanca, he firmado manifiestos contra la Obregón y me he hecho fan de un programa de televisión que se llama Muchachada Nuí, el cual no he visto jamás.
No duermo, no como, no atino con la puntería de antes a la hora de hacer pis. ¿Qué me está pasando? ¿Esto es normal? ¿Tiene cura? ¿Acaso me estaré volviendo un friki?
Y menos mal que todavía no he logrado saber para qué narices sirve la herramientita de marras. El día que lo averigüe, no sé qué va a ser de mí.

16 noviembre 2008

Reciclaje

El transbordador espacial Endeabor, portará a la Estación Espacial Internacional un dispositivo que transforma la orina en agua potable.
No quiero ni pensar de dónde saldrá lo que van a comer los pobres astronautas.

15 noviembre 2008

Embutidos

A mí el chorizo, me gusta en bocadillo, en tapa, a la parrilla, en tortilla, solo, con lomo, con jamón, aderezando unas deliciosas patatas a la riojana... de mil maneras distintas, pero en la caja tonta, y con bigote, me temo que no.
No suelo ver entrevistas a chorizos y no porque rezumen grasa y todo eso, sino porque la ostentación de la choricería, del mangoneo, del compadreo, del lléname aquí estas bolsas, del si no pagas no cobras, del todo lo público es mío, me provoca unas digestiones bastante complicadas.
Así que Juliancete, me importa un bledo lo que dirás esta noche porque no te voy a ver, pero eso sí, aprovecho tu momento de fama para, desde este humilde espacio, desearte muuuuuchos años a la sombra, que la tonadillera que llena tus noches, te ponga unos cuernos más grandes que el morro que tienes (¿será métricamente posible?), que tu hijastro Paquirrín siga cada día más macarra, más hortera y más patán y así, sin mal rollo ni nada, que te metas los 350000 euros por donde te quepan, cacho mamón.
Uf. Voy a prepararme una verduritas, ¡que se me ha puesto un cuerpo!
Imagen extraída de la web ¡No veas la entrevista!
También puedes ver reflejada esta iniciativa aquí.


14 noviembre 2008

El retorno

Buenaaaas. ¿Hay alguien? Jo, qué solitario y desamparado que está esto. Claro, tanto tiempo sin pasar una triste escoba, ni una mísera bayeta... Hay que ver la cantidad de polvo que se te acumula en menos de un mes, jolines ya. Como lo vea mi madre, me mata... ¡o peor! me hace limpiarlo.
Uf, y qué frío hace... ¡hala! ¡todas las ventanas abiertas...!

Voy a ver si encuentro algún alma buena por aquí. Freiaaaa, ¿estás ahí? ¿Morgana? ¿Gwynette, carxofetaaa? ¿Rafa? ¿Peritoni? ¿Kiri? ¿Ave? ¿Ana? Eooooo, ¡que soy yo! ¡el Tanji! ¡que ya he vuelto!... ¿Eooooo? Nada tú, que se han ido. Claro, están todos con el Feisbuc ése de las narices y se olvidan de los coleguitas de siempre. Si es que...

En fin, ellos se lo pierden. Menos mal que tú no te has olvidado de mí y te ofreces generosamente para que suelte este ladrillo (la comisión te la pago cuando hayas acabado de leer ¿de acuerdo?).
Bueno, pues supongo que debo presentar mis excusas más sentidas, ¿no? Por supuesto que lo haré. Faltaría más. Me pondré de rodillas, si es necesario, pero tengo una excusa que explica mi nula actividad bloguera y que te rogaría que me dejaras explicar antes que nada ¿vale? Es que me han pasado más cosas. Uf, sólo recordarlo se me afloja el esfínter y se me pinza la válvula mitral. ¡Un mal rollo!

Verás, a los dos días de publicar la entrada anterior, se presentaron en mi casa cuatro tipos con pinta de Men in Black que sin mediar palabra y a punta de una enorme pistola láser con silenciador, me metieron en una lujosa furgoneta negra con los cristales tintados. No recuerdo bien cómo era la tapicería, aunque creo que olía bastante mal. Claro, que ese olor no sé si provenía del mismo coche o de la entrepierna de mi pantalón. El acojone, ¡que me provoca una incontinencia!
Tras dos horas de viaje (sé que eran dos horas porque tenía hambre y otra cosa no, pero mi reloj biológico no se equivoca nunca) llegamos a nuestro destino. Una tétrica mansión semiderruída, perdida en medio de la nada. Un pedazo de caserón con murciélagos y todo. La pasta que debe costar meterse en reformas allí, tú.
El caso es que me encerraron en una habitación húmeda y sombría, atado a una silla con asiento de mimbre que me pinchaba el... eso, el trasero. Pinchitos hemorroidales les llaman a esa depurada técnica de tortura.
Para que evitar que gritase pidiendo auxilio, me administraron un potente narcótico que me dejó sumido en un estado de semiinconsciencia. La verdad es que les di las gracias porque con el hambre que tenía, ya que no íbamos a cenar, que al menos me dejasen echar una cabezadita. Mi legendaria vagancia y yo, ya sabes.
No sé cuánto tiempo estuve así, pero calculo que serían entre tres días y tres semanas, hora arriba, hora abajo. ¡Un hambre al despertar! ¡una boca más seca! ¡unas ganas de hacer pis!
Total que al poco de recuperar mi consciencia, entraron en mi celda los cuatro armarios MB que me habían transportado, escoltando a un señor bajito con bigote, melenita y pinta de inspector de hacienda. Su cara me sonaba de algo, pero no he logrado saber quién era, la verdad. Debe ser que esto de la edad afecta a la memoria.
El caso es que el tipo ése se acercó a mí, arqueó las cejas, frunció el ceño y con un marcado acento tejano, me dijo "¿Quién es Leo desesperada? Me pone esa piba"...

...

¿Qué pasa...? que no cuela ¿no? Jo, pues tampoco era tan increíble la historia, oye. Esas cosas pasan, que me lo ha dicho a mí un primo mío.
En fin, ya veo que irremediablemente tendré recurrir a la excusita típica: que he estado muy liaaaaado, que he tenido mucho trabaaaajo, que vivo sin vivir en miiií y que espero una vida tan alta como la luná, ay, ay.

Y bueno, ya puestos, te diré que hace dos noches entraron a robar en mi casa mientras dormíamos Nada grave, pero sí un fastidio y un cague bastante notable. Aunque eso no empaña la efeméride del año: el fin de semana pasado fue el cumpleaños de mi hija pequeña. Cómo pasa el tiempo. Nueve años, ya.
Aprovechándose de mi épica generosidad, la muy hija de su padre me obligó a ir a ver al cine. ¡High School Musical 3! Así, entre nosotros y ahora que no nos oye, ante semejante bodriazo pastelero te aseguro que hubiera preferido que me robase diez veces el señor bajito del bigote.


 

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