18 octubre 2008

Consultorio fucsia pálido


Estimado señor Tanhäuser.
Es usted mi última esperanza. Me dirijo a usted porque me han chivado que en la pelu, cuando nadie le ve, ojea el Qué me dices. Si a este hecho le unimos la intensa vida social que lleva, tal y como se rumorea en diversos mentideros, considero que es, en estos momentos, la única persona que me puede aconsejar en la terrible encrucijada urdida para mí por el caprichoso destino.
Verá usted, insigne sabio entre los sabios, brillante luz en la oscuridad, poseedor del porte más regio, que jamás fue contemplado por pupila humana.
Resulta que soy una madre madurita, española a la vieja usanza, de las de mantilla los domingos y asistenta, sin papeles, con cofia en la cocina.

Yo era feliz en mi matrimonio ¡Estábamos tan compenetrados mi J y yo! Lo llegamos a tener todo: casa gratis, buen empleo, un ejército de pelotas a nuestro alrededor... Fíjese si nos iban bien las cosas que cuando la inútil de nuestra hija, alcanzó la edad de merecer, logramos casarla con un rico empresario. Un joven galán, que aunque guapo no es, simpático tampoco. Unas risas que nos echamos con él leyendo su apellido al revés.
Pero ¡oh mísera de mí, oh infelice!. La bebida acabó con nuestra vida de anuncio. A mi marido le dio por decir cosas raras con acento tejano, por hablar catalán en la intimidad (malditos dialectos separatistas), por adornar su singular rostro bigoteado, con una melenita propia de un pandillero y por frecuentar el rancho de un amigote extranjero suyo, al que le gusta mucho el bourbon.
Verá, señor Tanji... ups, disculpe esta licencia pero la confianza... ya sabe. Yo me tengo por una mujer tolerante. Eso sí, siempre que se actúe de acuerdo a mis convicciones, claro está. Bien es cierto que digiero bastante mal lo de las macedonias, por aquello de tener que mezclar peras y manzanas (ecs, qué asco), pero aun así, como mujer decente que soy, y asumiendo mi sometimiento al cabeza de mi familia, he sufrido en silencio los escarceos de mi santísimo esposo. Ya sabe, esa mancha de carmín, ese perfume desconocido, esa ropa que huele a leña de otro hogar,... En fin, lo normal. Es bien sabido que la naturaleza del hombre es distinta a la de la mujer y que ellos necesitan desahogar su temperamento fuera del ámbito matrimonial. Siempre ha sido así y no seré yo quien se oponga ¿no le parece?
Lo que no es recibo es que me haya hecho, lo que me ha hecho ese canalla. ¡Ha embarazado a una mora! ¡y encima quince años más joven que él! ¡Virgen santísima del Carmen! dónde vamos a ir a parar. Qué mundo le vamos a dejar a nuestros hijos, qué clase de engendro puede salir de tal unión.

Estoy tan avergonzada que no me atrevo ni a tomar el té con mi amiga E.
Aconséjeme se lo suplico, privilegiada mente sin par.
Fdo: una Leo desesperada.


Querida Leo desesperada.
Con todos mis respetos. Usted lo que es, es una lianta de cuidado. Se le ve el plumero. Porque uno está a la que salta, que si no, cualquiera diría que lo que usted pretende es que encuentre cierto paralelismo entre su desgraciada historia (siento lo de la cornamenta) y cierta noticia sorprendente, publicada hace unos días en algún medio de comunicación. Si a lo que aspira es a que me haga eco de tal magno acontecimiento, sepa usted que no voy a caer en ese patético ardid. Para su información, existe una amenaza de don José M. de cortarle la pilila a quien cite dicha noticia y oiga, qué quiere que le diga, yo a don José M, respeto, el justito, pero a mi pilila... uff, ni se lo imagina.
No obstante, como deferencia al amable escrito que me ha dirigido y mostrando mi más absoluta conformidad con los calificativos que, tan acertadamente, me atribuye, permítame tranquilizarla. Es más fácil que su marido haga dos mil flexiones en un día, que intime con semejante pibón. Tenga en cuenta que un servidor, estando todavía en edad de merecer y gozando de un escultural cuerpo atlético, todavía estoy en las mil novecientas. Así que, si me lo permite, dígale a su marido que deje de tirarse pegotes, cacho fanfarrón y que si abusa de ciertas pildoritas azules, le va a subir la tensión.
Hágame caso y no se crea esas fantasmadas. A lo mejor, lo que le pasa a su marido es que le gusta llamar la atención y es posible que esté un poco a la baja, últimamente. Hágale un caldito y verá cómo se calma.
Por tanto, tranquila. Tómese el té tan ricamente con doña Espe... (ups, con doña E, quiero decir)., que no pasa nada. Eso sí, yo de usted vigilaría un poco más a su yerno, que me han dicho que está muy sueltito últimamente.
Suyo afectísimo
Cáncer Desconcertado

Imagen: Christophe Huet.

12 octubre 2008

Dios aprieta, pero no ahoga


Uff, he tenido una pesadilla horrible. He soñado que me hacía de derechas.
Si es que este cacao mental que tenemos no puede ser sano, jolines ya. Por un lado, los "neocon" abogando por el intervencionismo prosoviético del Estado para paliar los efectos de la crisis, luego vienen los magos de las ondas y se me hacen republicanos y ya sólo faltaba que los salvapatrias manifestasen que los desfiles militares son un coñazo.
Menos mal que ella, la más bella, pone las cosas en su sitio. Si es que esta mujer vale un imperio.

04 octubre 2008

Sic transit gloria mundi

Jo, todo un año trabajando y me he vuelto a quedar a las puertas del éxito. Tengo los labios pegajosos de la cantidad de miel que se me ha instalado en ellos. Que más que miel, parece Loctite.
En fin, qué le vamos a hacer, otra vez será, pero tengo un disgusto. Me siento casi igual que en aquella ocasión que soñé que a la luz de las velas, bajo el sonido celestial de las notas de un piano y frente a dos copas de Vega Sicilia, invité a Gwyneth Paltrow a una romántica cena a base de jamón ibérico pata negra. Snif, snif, la tía cogió y sacó del bolso una lata de
berberechos. Que sólo le faltó pedirle al camarero un chorrito de vinagre y una cajita de palillos. La imagen de aquel rostro angelical, sorbiendo ruidosamente aquel juguito, es algo que me persigue desde entonces y me tiene sumido en tal fatal desasosiego, que ni mis días son días, ni ocaso mi atardecer...

Ah, claro. Disculpa. Que no sabes de qué te estoy hablando. Si es que a estas horas tengo una morriña. Verás, resulta que me he dejado las pestañas y la pelusilla del ombligo en realizar un afamado y trascendental estudio, con el único propósito de hacerme merecedor del único galardón que falta en las vitrinas de mi mansión: el famoso IG Nobel. Con lo mono que me hubiese quedado al lado de la flamenca y del Pokemón de medio metro. Y mira que éste último lo gané en buena lid, tras dejarme un sueldo, en el dificilísimo tiro al palillo de la feria de hace dos años.

Pues otro año que me he quedado sin él. Snif, snif. Qué le vamos a hacer. Hay que saber perder. Reconozco que mis contrincantes lo han hecho muy bien y aunque me siente muy mal, debo aceptar con resignación y elegancia el veredicto del jurado (panda de mamones corruptos).

Yo estoy desesperado, la verdad, porque cómo se puede competir con un elenco tan destacado como éste:

Premio Nobel de Nutrición, concedido a Massimiliano Zampini, de la Universidad de Trento, y Charles Spence, de la Universidad de Oxford (ni más ni menos) por modificar electrónicamente el sonido de una patata chip para que la persona que la mastique piense que es más crujiente de lo que realmente es.
Que digo yo, ¿no será que lo que ha pasado, es que lo que mastican realmente son los cables que le meten a la patata? Mira que los que hemos sido estudiantes sabemos que, bajo un manto de mayonesa, todo es comestible. Hasta los cables.

Premio Nobel de la Paz, concedido al Comité Federal Suizo de Ética sobre Biotecnología No Humana y a todos los ciudadanos de Suiza por adoptar el principio legal de que las plantas tienen dignidad.
Hombre, dignidad, no sé, pero algunas plantas lo que sí que tienen es vida propia, sobre todo las de los pies. En el piso de estudiantes donde yo vivía, mi amigo J.M.A. tenía una fauna pedicular que para sí la quisiera el National Geographic. Si se quitaba los calcetines era capaz de desplazarse sin mover ni una extremidad gracias a los sufridos paramecios que se alojaban entre sus dedos. Uff, y no veas qué calcetines. Aunque bien pensado... bajo un manto de mayonesa... ¡la de cenas que nos habrían resuelto!

Premio Nobel de Arqueología, concedido a Astolfo Gomes de Mello Araujo y José Carlos Marcelino, de la Universidad de São Paulo, por "demostrar" hasta qué punto los armadillos pueden revolver los restos de una excavación arqueológica.
Qué excusa más triste, por favor. Eres un manazas, te cargas un jarrón etrusco y la culpa... del armadillo. Claaaaarro. Pero vamos a ver, ¿qué pasa? ¿que no tienen becarios? Pero si es bien sabido que cuando algo sale mal, siempre es culpa es culpa del becario. ¡Aunque no tengas becario!
Y otra cosa. ¿Por qué el armadillo? ¿No se les ha ocurrido un animal más común? Con la buena prensa que tienen los simpáticos armadillos. Puestos a cargarle el sambenito de destrozón a alguien, que sea un bicho asqueroso y plasta de verdad. Las palomas, por ejemplo.

Premio Nobel de Biología, concedido a Marie-Christine Cadiergues, Christel Joubert y Michel Franc, de la Escuela Veterinaria Nacional de Tolouse, por descubrir que las pulgas que viven en un perro pueden saltar más alto que las que viven en un gato.
Sí claro, y las que viven en un caballo, más alto que las que viven en una rata, no te digo.

Premio Nobel de Medicina, concedido a Dan Ariely, de la, ni más ni menos, Duke University, por demostrar que medicamentos falsos y caros son más efectivos que medicamentos falsos y baratos.
Suele pasar. Si es que nos pierden las marcas. Te tomas un paracetamol de Versace y oye, que curar no te curas, pero se te queda el duodeno de un glamouroso que paqué. Estoy ansioso por que continúen sus investigaciones. A ver qué pasa si en lugar de tomarte un medicamento falso, te tomas uno verdadero. Uf, no sé, no sé. ¿Cuál de los dos será más efectivo?

Premio Nobel sobre Ciencia cognitiva, concedido a Toshiyuki Nakagaki, de la Universidad de Hokkaido, a Hiroyasu Yamada, de la UNiversidad de Nagoya, a Ryo Kobayashi, de la Universidad de Hiroshima, a Atsushi Tero, de Presto JST, a Akio Ishiguro, de la Universidad de Tohoku a Agotá Tóth, de la Universidad de Szeged, Hungría, por descubrir (atención, atención) que los mohos del cieno pueden resolver puzzles.
Hombre... puzzles no sé, pero "colocar" lo que se dice "colocar", colocan que no veas. Pero hijos de mi vida, ¿no os han dicho vuestras madres que el cieno no se debe ingerir? ¡ni siquiera bajo un manto de mayonesa!
La gente está muy zumbadilla ¿verdad? y además es que no piensan. Puestos a demostrar las habilidades del moho del cieno, en lugar de ponerlo a resolver puzzles, que no sirven para nada, ya podrían haberlo puesto a planchar y la de tediosas tardes que nos habrían ahorrado a todos. Si es que la gente no tiene iniciativa, jolines ya.

Premio Nobel de Economía, concedido a Geoffrey Miller, Joshua Tyber y Brent Jordan, de la Universidad de Nuevo Mexico (USA) por demostrar que el ciclo ovulatorio afecta a las ganancias en propinas de las bailarinas eróticas.
La madre que me parió. Me voy a contener porque se me está ocurriendo cada cosaaaa...
O sea, para que yo lo entienda. El tal Geoffrey engatusa al tal Joshua y su amigote Brent para correrse una juerga padre en el Lola&Jessica's Club. Se funden la VISA en una noche y caen en la cuenta de que lo mismo en sus respectivos hogares van a sospechar algo. ¿Qué se les ocurre? Pues inventarse que están haciendo un trabajo de campo (espero que no demasiado minucioso) y pasarle las facturas al jefe... Para mí que estos tíos son altos cargos españoles.
Esto me suena de algo. ¿No fue en Mallorca que aquel dirigente...? Uf, seguro que no. Eso es la gente que "é mu mala y mú cotiya".

Premio Nobel de Física, concedido a Dorian Raymer, de la Iniciativa de Observatorios de Océanos de la Institución Scripps de Oceanografía, EEUU, y Douglas Smith, de la Universidad de California, San Diego, EEUU, por demostrar matemáticamente que montones de cuerda o cabellos, o de casi cualquier otra cosa, inevitablemente se terminan enmarañando y formando nudos.
Es que los cabellos y las cuerdas... ¡son de un promiscuo! ¿Por qué te crees que se ponen los pelos de punta? Si es que hay cuerdas que van provocando, hombre ya. Y si encima llevan borlas... ufff, calla, calla ¡que me pongoooo!
De todas formas, ahora que lo pienso, caigo en la cuenta de que para demostrar esas cosas tan difíciles e inalcanzables para las mentes humanas de inteligencia normal, no hace falta hacer un estudio. Basta con que entren el baño de mis hijas, después de una sesión de acicalado. Allí se enmaraña todo. De hecho, una vez descubrí que el tubo de pasta dentrífica de mi hija pequeña, tiene vida propia. A ver si es que también va a tener paramecios... Que por cierto, qué deliciosos están los canapés de dentrífico bajo un manto de mayonesa.

Premio Nobel de Química, concedido a Sheree Umpierre, de la Universidad de Puerto Rico, a Joseph A. Hill, de los Centros de Fertilidad de Nueva Inglaterra (USA) y a Deborah Anderson, de la Escuela Médica de Harvard, por descubrir que la Coca-Cola es un espermicida, supereficaz y también a C.Y. Hong, C.C. Shieh, P. Wu y a B.N. Chiang, de la Universidad Médica de Taipei (Taiwan), por "demostrar", precisamente, todo lo contrario.
Pero vamos a ver. Esta gente ¿¿¿por dónde se bebe la Coca-Cola??? Hombre por Dios, que ya somos mayorcitos para ir jugando con esas cosas. Cosqullitas, no niego que haga, pero ¿y lo pringosa que te debe quedar la sufrida bolsa escrotal?
Ya me imagino al acojonadito camarero del bar de la Universidad de Taipei cuando uno éstos le dice "¿me pone una Coca-Cola?... ¡con una pajita, por favor!" Qué guarros y qué poco serios. A este paso van a tener que poner las máquinas expendedoras de refrescos al lado de las máquinas de preservativos.

Premio Nobel de Literatura, concedido a David Sims, de la Cass Business School de Londres Londres, por su entrañable estudio “Tú, bastardo: Una exploración narrativa sobre la Experiencia de la Indignación dentro de las Organizaciones”.
Que digo yo, ese "tú bastardo" ¿a quién se lo dice? ¿al lector? Pues sabrá mucho de Business, pero desde este humilde blog le anticipo que con esos modales, no le va a vender un libro ni a su padre. ¡Será desgraciao!
De todas formas, qué sosos son los ingleses ¿verdad? Bastardo, bastardo... qué cursi. Ya puestos que diga, "Tú, tontín..." Eso, ni es contundente ni nada. Mucho mejor un sonoro..."Tú, pedazo de mamón..." Cierto es, que seguirá sin vender un libro, pero... ¿y lo a gusto que te quedas?

En fin, que ya lo has visto. La ciencia se ha desarrollado tanto y ha incluído en sus filas a mentes tan clarividentes que es muy difícil hacerse un hueco en ella para alcanzar el honor de compartir la gloria de los Fleming, Newton y compañía.
Eso sí, me queda el consuelo de que estos tíos sabran mucho, pero ¿a que no planchan las camisas tan bien como yo?

Referencias.

1.-
Massimiliano Zampini and Charles Spence. “
The Role of Auditory Cues in Modulating the Perceived Crispness and Staleness of Potato Chips”. Journal of Sensory Studies, vol. 19, October 2004, pp. 347-63.
2.-The Dignity of Living Beings With Regard to Plants. Moral Consideration of Plants for Their Own Sake.
3.-
Astolfo G. Mello Araujo and José Carlos Marcelino. “The Role of Armadillos in the Movement of Archaeological Materials: An Experimental Approach” , Geoarchaeology, vol. 18, no. 4, April 2003, pp. 433-60.
4.- M.C. Cadiergues, C. Joubert, and M. Franc. “A Comparison of Jump Performances of the Dog Flea, Ctenocephalides canis (Curtis, 1826) and the Cat Flea, Ctenocephalides felis felis (Bouche, 1835)”, Veterinary Parasitology, vol. 92, no. 3, October 1, 2000, pp. 239-41.
5.- Rebecca L. Waber; Baba Shiv; Ziv Carmon; Dan Ariely. “Commercial Features of Placebo and Therapeutic Efficacy”. Journal of the American Medical Association, March 5, 2008; 299: 1016-1017.

6.- Toshiyuki Nakagaki, Hiroyasu Yamada, and Ágota Tóth. “Intelligence: Maze-Solving by an Amoeboid Organism”. Nature, vol. 407, September 2000, p. 470.
7.- Geoffrey Miller, Joshua M. Tybur, Brent D. Jordan. “Ovulatory Cycle Effects on Tip Earnings by Lap Dancers: Economic Evidence for Human Estrus?”. Evolution and Human Behavior, vol. 28, 2007, pp. 375-81.
8.- Dorian M. Raymer and Douglas E. Smith. “Spontaneous Knotting of an Agitated String”. Proceedings of the National Academy of Sciences, vol. 104, no. 42, October 16, 2007, pp. 16432-7.
9.- Sharee A. Umpierre, Joseph A. Hill, and Deborah J. Anderson “Effect of Coke on Sperm Motility". New England Journal of Medicine, 1985, vol. 313, no. 21, p. 1351.
10.- C.Y. Hong, C.C. Shieh, P. Wu, and B.N. Chiang. "The Spermicidal Potency of Coca-Cola and Pepsi-Cola”. Human Toxicology, vol. 6, no. 5, September 1987, pp. 395-6.
11.- David Sims. "You Bastard: A Narrative Exploration of the Experience of Indignation within Organizations”. Organization Studies, vol. 26, no. 11, 2005, pp. 1625-40.
 

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