28 octubre 2007

Fasciculitis

Para la mayoría de los españoles, del verano ya no queda ni rastro. Volvemos a tener esa tez lechosa, esos michelines, ese cabreo tan nuestro. Pero tranquilos, no está todo perdido. Camuflados entre nosotros hay una especie de humanos que tienen sobradas razones para recordar, durante las próximas cien semanas, el final de este mes de Agosto. Intentan pasar desapercibidos, pero les delata la mirada perdida, su merodeo cerca de los kioskos y ese afán de tachar días en el calendario. Son los inefables... ¡coleccionistas de fascículos! Una raza diferente, qué digo una raza, una especie diferente de mujeres y hombres que al acabar cada estío, sucumben ante las maravillosas colecciones con que nos tientan para acabar de fundir lo poco que nos quedaba de la VISA.
Que alguien me explique qué es lo que mueve a un ser humano a hacerse, con adictiva fruicción, con una adorable colección de "Dedales de todo el mundo". ¿Tanto cosen? Yo le pongo mucho interés y pregunto e interrogo, pero sigo sin conocer a nadie que los coleccione, lo cual provoca en mí un sentimiento de impotencia que ya empieza a serme... ¿cómo decirlo?... eso es, empieza a serme asaz angustioso.
A mí, estas personas me producen una tremenda curiosidad antropológica, porque vamos a ver, ¿cómo saben que han completado la colección? ¿Quién les asegura que todos los dedales del mundo están incluidos en las ciento veinticinco entregas semanales? Por ejemplo, el famosísimo dedal mongol con pelo de Yak ¿forma parte de ese tesoro de valor incalculable? Sé que este chiste, aquí no hace ninguna gracia, porque éste es un blog serio y decente, pero lo cuentas en una convención de dedalófilos y es que se tronchan, oye. Prueba, ya verás qué éxito.
Los dedalistas son diferentes que los coleccionistas que se compran un helicóptero Apache de radiocontrol por piezas, escala 1:10. La primera semana te viene una puerta, la segunda, cuatro tuercas y así hasta que al cabo de dos años, si es que no has perdido nada, puedes disponerte a montar tu juguetito. ¿Te imaginas que la semana en que te vienen las aspas estás de viaje y no puedes comprarlas? Qué disgusto, porque por mucho que te empeñes, reemplazar las aspas por cuchillos para cortar el pan es un poco cutrillo. Por eso es mucho mejor coleccionar dedales. Si te falta uno, ¿quién se va a dar cuenta?
Otra cosa que me intriga muchísimo es el fascículo en sí. Porque volviendo a los dedales, entiendo que el fascículo uno te explica en diez páginas cómo se usa un dedal. Es el fascículo que cuando te lo lees, te engancha. Por lo que parece la cosa tiene su aquel. Haciendo un esfuerzo de síntesis, digo yo que con una retórica cervantina te deben contar que introduces el dedo en el dedal y con él empujas la aguja. Pero yo me pregunto ¿qué te explican en el fascículo dos? A lo mejor te enseñan algún truco para usarlos con más destreza o a hacer acrobacias con ellos, no sé. Ya se sabe que el mecanismo de un dedal es complicadillo y da para mucho y más teniendo en cuenta que tenemos diez dedos.
Pensando, pensando, me he dicho, claro, asumiendo que cada dedo tiene su personalidad, ya tenemos el contenido de la primera decena de fascículos. Pero, ¿qué ponemos en el once? Uf, calla, calla, mejor no sigo por aquí, que luego Mae nos cuenta una de esas cosas que le pasan en la farmacia y ya la hemos liado.
Es curioso, pero por fascículos sólo compramos cosas raras y, si se me permite, de utilidad dudosa ¿Os imagináis comprarse una casa así?

- Cariño, esta semana nos entregan los interruptores de la cocina.
- Uff, qué ilu, lástima que hasta dentro de un mes no nos vienen las bombillas.
- Es verdad, pero casi mejor porque hasta la entrega 234 no nos dan el techo...

Sería patético. Mucho mejor, comprarla entera, pagando por ella cuatro veces más de lo que vale y suscribiendo una hipoteca que multiplicará su precio (que no su valor) por tres. Si es que somos de un inteligente...
Yo estuve tentado de hacer una colección de esas. Era la maravillosa e inigualable colección de los "Citroën 2CV en miniatura". Qué bonitos. El dos caballos taxi, el dos caballos ambulancia, el dos caballos repartidor de leche. Qué bien hubiesen quedado en mi salón. Habría comprado las cortinas a juego. Seguro que mi vecino estaría muerto de envidia al verlos por el mueble, encima del televisor, debajo del radiador,... Es que parece que no, pero cien Citroën dos caballos adornan un montón y le dan un toque de glamour a las casas y una categoría que ya quisisera para sí la porcelana de Lladró. Al final decidí no comprarla porque me dijeron que el dos caballos hippie no estaba nada logrado y la verdad, no quiero que me timen. Además, de dónde saco cien tapetitos hechos a ganchillo, para depositar cada una de esas joyas donde se merecen.

En fin, que voy a esperar a ver si el año que viene, en un alarde de imaginación, sacan a la venta la ansiada colección de teclas de ordenador pintadas a mano. Mi PC seguirá sin funcionar pero va a ser la envidia de todos los cibercafés.

22 octubre 2007

Metas a alcanzar

Tengo dos sueños. Sí, lo confieso, aunque eso no es nada raro ¿no? Mucha gente también tiene sueños. Hay personas que sueñan con la justicia social, las hay que sueñan con pagar la hipoteca en menos de 30 años e incluso hay algunos que sueñan con ganar unas elecciones haciendo uso de la máxima mezquindad posible (pobres infelices).
Mis sueños son mucho más modestos, debo reconocerlo, pero no por ello son menos dignos que los anteriores.
En primer lugar me he propuesto acabar, de una vez por todas, el sudoku samurai de El País de los domingos, sin que a mitad del juego ya me falten dos ochos y me sobre un cuatro. Es que es horroroso. ¡Me hago unos líos! Si es que no lo resuelvo ni copiándome la solución y eso que hasta recurro a utilizar cadenas de Markov y freakadas de esas, pero ni aun así, oye.
El segundo sueño es, en apariencia, un poco más difícil, pero ahí estoy yo con una ilusión. Resulta que se me ha metido en la cabeza que quiero ser premio Nobel. Toma ya. ¿Cómo se te ha quedado el cuerpo serrano? Te has caído de la silla de la impresión, ¿a que sí? Sí, ya sé lo que estás pensando, que cómo me van a dar a mí el…, por ejemplo, Nobel de Física si ya ni me acuerdo de la Ley de Ohm. Pero es que yo no aspiro al Nobel ese clasicón que otorgan en Estocolmo cada 10 de Diciembre, con el rey de Suecia, Papá Noel y toda la nobleza escandinava junta. Es que no tengo smoking. A mí me gustan mucho más los otros Nobel, los que llaman Nobel IG y que se conceden a los estudios científicos más estravagantes que se han hecho a lo largo del año. Puestos a ganar algo, que sea original ¿no?

Lo que pasa es que la cosa está más que difícil, porque el nivel de extravagancia es altísimo y no sé si el Ministerio me va a conceder una beca para llevar a cabo una investigación como las que señalo a continuación. Le enviaré un mail a Mónica Lewinsky para que me aconseje, pero eso sí, sin tener que recurrir a ahorrarme la cuenta de una tintorería. Ya os contaré qué me dice y mientras tanto, aquí os dejo en manos de estos grandes sabios, que harán del nuestro un mundo mucho mejor.
  • Premio Nobel de la Paz (2007). Concedido al Laboratorio de la Fuerza Aérea Patterson Wright, en Dayton (Ohio), por intentar fabricar una bomba que al ser lanzada, provoca la homosexualidad en las tropas enemigas, consiguiendo así su consecuente enamoramiento de los soldados aliados. Es una lástima que este proyecto haya fallado, la verdad. Me hubiese encantado ver al general Pinochet vestido de loca, luciendo un pintoresco modelo de Agatha Ruiz de la Prada, con sus corazoncitos y todo. Qué bribonzuelo, el general.
  • Premio Nobel de Medicina (1998). Concedidos a Caroline Mills, Meirion Llewelyn, David Kelly, y Peter Holt, del Royal Gwent Hospital (Newport, Gran Bretaña) por su esmerado estudio clínico, cuyo título es, ni más ni menos que “Un hombre que se machacó el dedo y estuvo oliendo a podrido durante 5 años" [1]. Yo no es por malmeter, pero yo me pregunto, ¿ya se aseguraron los doctores de que el sujeto en cuestión practicaba el sano hábito de la ducha? Mira que a lo mejor, la razón del tufillo no estaba en el dedo, que lo mismo, el señor ese no era pródigo en el uso de jabones y demás acicalantes. Aunque quién sabe, lo mismo el pobre paciente se aplicó el famosísimo método para curar el hipo señalado hace dos posts y así le quedó el dedo al desdichado.
  • Premio Nobel de Lingüística (2007). Concedido a Juan Manuel Toro, Josep Trobalon y Nuria Sebastián Gallés, de la Universitat de Barcelona (toma ya, al lado de casa) por demostrar que las ratas no son capaces de distinguir el japonés y el holandés cuando se hablan estas lenguas al revés. [2] No es por desmerecer a la universidad amiga, pero a mí también me pasa lo mismo cuando me hablan al revés en swahili y bereber. Y mira que pongo atención, pero a la que llegan los diptongos, me hago un lío de tres pares de narices. No me ocurre lo mismo con el galés y el afrikaner, fíjate qué cosas. Le pondré un mail al tal Toro. Y así entre nosotros, ¿no tenéis la impresión de que la gente fuma sustancias muy extrañas?.
  • Premio Nobel de Medicina (2007). Al británico Brian Witcombe y al estadounidense Dan Meyer por haber demostrado que la introducción de espadas por la garganta puede producir irritaciones en el esófago. Sí, ríete, pero a mí no me hace ninguna gracia. De hecho, a un servidor le suele pasar lo mismo cuando en casa tenemos para comer espadas a la brasa o al ajillo. Y oye, que ni el bicarbonato te sirve. Menudas digestiones. Y por no hablar de lo durísimo que es el proceso de la correspondiente deposición. Uf, como te vengan atravesadas, ya te puedes ir preparando.
  • Premio Nobel de Medicina (2002). Chris McManus del University College London, por su famoso artículo publicado ni más ni menos que en Nature y titulado "Asimetría Escrotal en hombres y Antiguas Esculturas." [3]
    Impresionante, Marco Aurelio y Atila tenían el escroto asimétrico. Qué cargaban, ¿a derecha o a izquierda? No, si ahora para hacer pis, vas a tener que estudiar Geometría y todo. La próxima vez que vaya al baño, que no se me olvide llevarme el compás y el cartabón para proceder a las mediciones pertinentes. Estoy intrigado, mira. Lo que no sé es dónde voy a apoyar el compás, porque eso debe pinchar ¿no?
  • Premio Nobel de Biología (2004). Magnus Whalberg de la Universidad de Aarhus (Dinamarca), Hakan Westerberg del Consejo Nacional de Industrias Pesqueras de Suecia, Ben Wilson de la Universidad de Columbia, Lawrence Dill de la Universidad Simon Fraser (Canadá) y Robert Batty de la Asociación Escocesa para la Ciencia Marina, por sus estudios "Sonidos producidos por la emisión de burbujas de los arenques (Clupea harengus)" [4] y “Los arenques del Pacífico y del Atlántico producen sonidos rítmicos explosivos[5]. Parece ser que han descubierto que los arenques se comunican mediante flatulencias, aunque para eso no hace falta que te den un Nobel. Este fenómeno lo conocemos bien todos los que hemos compartido una habitación de hotel con mi amigo JB, después de meterse dos platos de patatas a la riojana para cenar. Lo suyo sí que es oratoria.

En fin, que ya se ve que para desbancar a estos genios, hay que esforzarse bastante y parece que la cosa está muy chunga. Está visto que ni a los soñadores nos dejan alcanzar nuestras metas.

Referencias.

  • [1] "The Lancet," vol. 348, November 9 (1996), p. 1282.
  • [2] The effects of backward speech and speaker variability in language discrimination by rats. Journal of Experimental Psychology: Animal Behavior Processes, 31 (2005) 95-100.
  • [3] Nature, vol. 259 (1976) , p. 426.
  • [4] Aquatic Living Resources, Vol. 16 (2003), pp. 271-5.
  • [5] Biology Letters, vol. 271 (2003), pp. S95-S97.

19 octubre 2007

Crashed computer

Soy un tipo afortunado. En un día me he cargado dos ordenadores.
El disco duro del de mi trabajo ha dicho tururú que te vi y me ha dejado en pelotillas picadas. Lástima que la técnica informática de mi departamento sea una chica más que eficaz y ha conseguido recuperar el contenido, porque tenía una excusa fantástica para dedicarme las dos próximas semanas a ver crecer telarañas de colores en el techo.
El mismo día que me ocurrió ese "pequeño" incidente en mi trabajo, la placa base de mi supercomputadota hogareña, se declaró en huelga y dijo que no le daba la gana de arrancar el ordenador. Vamos, que miras la pantalla de mi ordenador y lo ves todo negro. Más agorero que es.
De momento estoy tirando con un portátil muy cutre que me han dejado. A ver si consigo conectarlo a Internet este fin de semana y puedo reanudar mi actividad bloguera.
Qué cosas. En esta semana que llevo sin internet, he descubierto que en casa hay unos objetos muy curiosos amontonados en unas estanterías, hechos de papel encuadernado, con unas manchitas de color negro que creo que se llaman letras y que me han dicho que usaban los hombres primitivos para leer. Pobrecillos.
En fin, que alguien me ha echado un mal de ojo cibernético que me tiene los píxels de punta. A ver si me desintoxico. Y recuerda, si algún día un tal Tanhäuser te pide que le dejes tu ordenador, mándalo a freír tubérculos. Tu integridad virtual te lo agradecerá.

11 octubre 2007

Singultus meum

Me he hecho famoso en el mundo entero. Bueno, yo no, quien se ha hecho famosa es mi flamante colección de remedios contra el hipo. No, si ya sabía yo que mi preocupación sobre cómo solucionar un problema tan grave, como es el de tener hipo después de meterte entre pecho y espalda cuatro magdalenas sin masticar, iba a desatar las más profundas reflexiones entre los miembros de la comunidad médica internacional y que al final, iban a conseguir remedios serios y efectivos.
He encontrado una joya. Puedo afirmar que es la estrella de mi colección y que no se trata de una cura de esas que se transmiten de abuela en abuela, por los siglos de los siglos, Amén. Se trata de un estudio "serio" y publicado por una revista médica internacional. El Dr. Francis M. Fesmire, de la Tennessee University, publicó en la prestigiosa Annals of Emergency Medicine un interesantísimo artículo titulado "Termination of Intractable Hiccups with Digital Rectal Massage", cuya traducción viene a ser "Interrupción del hipo intratable con un masaje rectal dactilar".
¿Cómo se te ha quedado el cuerpo? A ver, para que yo me aclare, lo que me está diciendo este genio de la medicina es que, perdón por la ordinariez, cuando uno tiene hipo, lo que tiene que hacer es meterse el dedo en el culo. Caray. Qué cosas ¿no?
No niego que el método funcione aunque reconozco que no lo he probado aún y confieso que muy desesperado me tengo que sentir para verme obligado a ponerlo en práctica. No obstante, como que no se puede decir nunca aquello de "de esta agua no beberé", me gustaría resolver una serie de dudas antes de verme con mi manicurado índice en tan curioso y siniestro lugar.
  • Acabamos de descubrir las épicas virtudes terapéuticas de masajear con el dedo tan noble parte, pero yo me pregunto, después de tan interesante tratamiento contra un ataque de hipo, ¿no se te ponen las herroides como chistorras? A ver si va a resultar peor el remedio que la enfermedad.
  • Me preocupa también el estado del dedo después de aplicar un tratamiento tan singular como éste, porque me imagino que ese dedo nunca volverá a ser el mismo ¿no? ¿Qué tratamiento le aplicamos a él? Es más, de los cinco dedos que solemos tener en cada mano, ¿cuál es el más indicado?
  • ¿Qué otros remedios probó el buen Dr. Fesmire antes de llegar a la conclusión de que el mejor era el masaje dactilar rectal? Porque otra cosa no, pero hay que reconocer que el tío le echó imaginación al asunto. No sé, a lo mejor fracasó ante tentativas menos olorosas pero igual de curiosas como hacer el pino mientras recitas al revés la tabla de multiplicar del 16 o morderte las uñas de los pies en noches de luna llena. Quién sabe, a lo mejor éstos son remedios mejores y nadie los ha descubierto aún.
  • Me consta, como puede verse en la Bibliografía que señalo más abajo, que los estudios del Dr. Fesmire, han tenido una repercusión mundial. ¿Habrá alguien que esté realizando una tesis doctoral sobre ello? En ese caso, ¿cuál es el título de la tesis? Podríamos proponer unos cuantos ¿no? No sé, por ejemplo, "Métase el dedo en ese sitio y cambie de vida" o "Interconexión paracultural entre el masaje rectal dactilar y el apareamiento del petirrojo de cola corta".
  • Ahondando en el punto anterior, si para realizar dicha tesis, obtienes una beca, ¿qué eres? ¿el becario anal? En los seminarios y conferencias, ¿te verás obligado a hacer demostraciones prácticas?
Total, que estoy muy contento porque mi colección acaba de adquirir un valor incalculable con este hallazgo.
Si alguien se decide a poner en práctica este efectivísimo remedio, que por favor, nos diga a todos cómo le ha ido. Ahora, eso sí, que lo haga por escrito y que no se enfade cuando nos neguemos a estrechar su mano.

Estudios relacionados.

07 octubre 2007

Homo homini lupus

Hace catorce años, el mundo lloró horrorizado ante esta fotografía. Parecía que ya no podíamos caer más bajo, que el límite de nuestra vergüenza se había alcanzado. Quizá nuestra conciencia de especie, nos dijo que no podíamos tolerar que un buitre acechara la agonía de una niña exhausta por el hambre y la sed. Está claro que nos equivocamos. Catorce años después, la situación en Sudán es, si cabe, muchísimo peor.
Malos tiempos.

Fotografía de Kevin Carter. Por ella recibió el premio Pulitzer en 1994. Meses después se suicidó.

04 octubre 2007

One blogpost for Burma


Visitando el blog de
Maripuchi he conocido esta iniciativa.
Va por ellos y por todos los oprimidos, con todo mi apoyo, mi cariño y mi respeto.

01 octubre 2007

Un mes sin ti

Hoy no quiero hablarte de mi dolor.
Hoy no quiero decirte que ya no es sólo tu ausencia la que despedaza mi alma. Que ahora es tu recuerdo, que son tus palabras, que es tu ser, que es tu luz.
Hoy no quiero confesarte que ahora tengo miedo. Que cada mañana me aterra despertar y ser aplastado otra vez, sin misericordia, por esta espantosa pesadilla.
Hoy no quiero contarte que grito con rabia, que le pido al cielo una señal que me indique que me oyes, que me escuchas, que me quieres.
Hoy no quiero gritarte que me siento solo, desamparado y roto, que me falta tu abrigo, que me falta tu voz.
Hoy, papá, cuando ya hace un mes que te fuiste, tan sólo quiero decirte otra vez gracias. Gracias por haber sido el mejor de los padres, gracias por no haberme fallado nunca, gracias por tus besos, por tus abrazos, gracias por tus sonrisas, gracias por haberme enseñado a perder, por tender tu mano en mis caídas, por hacerme seguir. Pero sobre todo, luz de mi vida, por encima de todo, hoy quiero decirte gracias por haberla querido tanto, por haberla cuidado y respetado en cada instante, por haber vertido sobre su bello rostro, todos los días, la más tierna de tus miradas, por haber sabido hacerte digno de ella y haber sido el marido que siempre mereció.
Gracias por todo, mi ángel bueno.

Siempre unidos, papá. Siempre.


 

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